Alonso, esperanzador segundo en el regreso de vacaciones

Por el paddock del circuito de Zandvoort aparece Lance Stroll en un patinete con un aparatoso vendaje bajo la oreja izquierda. Sufre una infección el piloto canadiense, compañero de Fernando Alonso, y el fatalismo cunde de repente en un corrillo de periodistas y personal de la F1. «Se le acaba la suerte a Aston Martin». Un par de horas después, el perfil cambia. Fernando Alonso logra el segundo mejor tiempo detrás de Verstappen, como ha principio de temporada.
La gente de Aston Martin está esperanzada con las novedades técnicas que ha introducido el equipo para la cita en los Países Bajos. «Es un fin de semana importante», se escucha en la proximidad del equipo inglés.
Es acertar o no en las evoluciones, entender los porqués del coche, dar un paso adelante o quedarse en el retroceso del mes de junio, cuando Mercedes y McLaren pasaron por encima a la marca verde.
La mañana continúa entre interrogantes y pesares. El coche de Lance Stroll no marca tiempo y se pasa casi toda la sesión en el garaje. Problemas de motor (Mercedes), se asegura.
Al margen de pruebas y acumulación de datos para los ingenieros, tampoco el monoplaza de Alonso despunta con el neumático medio, con el que ensaya el español durante más de la mitad de la sesión.
El Aston Martin ha realizado cambios en el fondo del bólido y en el difusor y espera que en algún momento del fin de semana, si la lluvia lo permite, se puedan constatar la progresión.
Esto llega casi al final de la sesión, en el primer intento de Alonso con los neumáticos blandos (rojos). Como sucedía a principio de temporada, el tiempo sale instantáneo (1.12:130), solo dos décimas por detrás de Max Verstappen con la misma rueda.
«Hay que ser cautos, estamos trabajando para regresar a los podios de principio de año», atenúa el optimismo inmediato Pedro de la Rosa, presente en el circuito neerlandés.
Sin que sea un dato definitivo, el segundo puesto de Alonso, conseguido de manera inmediata y al primer intento, genera una corriente esperanzadora sobre una velocidad recuperada en el bólido verde.
Aunque previsto desde hace días, a Carlos Sainz no le hizo gracia que el probador de Ferrari Robert Shwartzman ocupase su sitio en esta primera tanda de entrenamientos en un circuito muy técnico y que supone el contacto de nuevo con el asfalto después de las vacaciones. El israelí finalizó penúltimo, una pequeña satisfacción para el piloto madrileño.