El Ejecutivo japonés debilitado por los fallos de la digitalización de los servicios públicos

Afiche de la campaña para la tarjeta de identificación My Number emitida por el gobierno, en Tokio, el 10 de octubre de 2022.

Datos extraviados o atribuidos incorrectamente, conexiones erráticas, información errónea: los errores de Mi número se suceden y debilitan a un gobierno japonés que lucha por responder. Este sistema de tarjeta electrónica permite a cada residente japonés o extranjero acceder a un número creciente de servicios, públicos o no. Su generalización debe permitir alcanzar la “sociedad digital” ambicionado por el Primer Ministro, Fumio Kishida, un desafío en un país todavía apegado al papel, al fax e incluso a los disquetes.

La proliferación de problemas y la incapacidad de las autoridades para corregirlos terminaron por afectar su popularidad. Ahora solo cuenta con el apoyo del 33 % de los japoneses, frente al 44 % de finales de mayo, según una encuesta de mediados de junio realizada por el diario de centroizquierda. Mainichi, el Sr. Kishida tuvo que establecer un grupo de trabajo el 21 de junio para encontrar soluciones a la crisis. Presente en la primera reunión, prometió una revisión completa del sistema. “Espero que todo el Gobierno haga todo lo que esté a su alcance para recuperar la confianza de la ciudadanía”, señaló. El presidente del Gobierno también ha renunciado a organizar elecciones legislativas anticipadas por temor a un revés para su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD).

El asunto es tanto más grave cuanto que los japoneses siguen desconfiando de este sistema lanzado en enero de 2016. Se trataba entonces de mejorar una máquina administrativa socavada por el escándalo de las contribuciones a las pensiones, que conmocionó a Japón a fines de la década de 2000. En 1997, el gobierno decidió asignar a cada contribuyente un número. La Caja de Seguro Social se incorporó entonces a un vasto operativo de destitución para actualizar las cuentas de todos los residentes.

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Sin embargo, diez años más tarde, bajo la presión de miembros electos de la oposición, tuvo que reconocer públicamente que casi 51 millones de contribuciones pagadas para pensiones permanecían sin asignar. Se cometieron errores al registrar los apellidos, debido a la complejidad de las transcripciones de kanji, ideogramas chinos que forman nombres, que a veces tienen varias pronunciaciones, y años de nacimiento. Estas revelaciones provocaron la caída del primer gobierno de Shinzo Abe (2006-2007), luego el de Yasuo Fukuda (2007-2008).

Reticencia de la población

Se suponía que la implementación de My Number corregiría estas fallas, pero el sistema nunca ganó el apoyo de la población. Solo el 77,2% de los contribuyentes había solicitado la tarjeta Mi Número el 11 de junio. Esta parte se ha incrementado recientemente porque el Ministerio de la Gestión Pública ha prometido a cualquier solicitante la compra de puntos por valor de 20.000 yenes (127 euros). Según una encuesta online realizada a principios de 2023 por la Agencia Digital, la primera reticencia de los japoneses a demandar es la «miedo a una fuga de información».

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