septiembre 8, 2024

El G-7 recibió nuevas sanciones para ahuyentar la economía rusa en una cumbre a la que acudirá Zelenski | Internacional

El G-7 recibió nuevas sanciones para ahuyentar la economía rusa en una cumbre a la que acudirá Zelenski |  Internacional

La cumbre del G-7, el grupo de países democráticos e industrializados del planeta, que ha comenzado este viernes en la ciudad japonesa de Hiroshima, se presentó con un extraordinario calado geopolítico. La guerra en Ucrania y la relación con China sus principales asuntos de la ciudad. En el primer apartado de la reunión, el grupo ha acordado imponer nuevas sanciones y restricciones contra Rusia por su invasión a gran escala de Ucrania. Al final del día, acordó, al igual que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, viajará a Japón para asistir a la cumbre. “Se decidirán asuntos muy importantes allí [en Hiroshima]por lo que, la presencia de nuestro presidente es absolutamente esencial para la defensa de nuestros intereses”, dijo a la televisión pública ucraniana Oleksii Danilov, secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania.

La nueva visión de matar a los socios contra Rusia aprobada en Hiroshima se deshizo en múltiples planes de control de exportaciones en Rusia, mejorando la efectividad de la implementación de nuevas sanciones e imposición de nuevas. El comunicado aprobado consta de indicaciones políticas desprovistas de concreción, y que tendrán que ser específicas y ejecutadas posteriormente, a menudo con interpretaciones distintas según los miembros. Este es el procedimiento habitual de un foro como la cumbre del G-7, grupo que reúne a Estados Unidos, Japón, Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia y Canadá (donde se suma la representación de la UE).

El G-7 acuerda de reducción de entrada aún más el perímetro de las exportaciones a Rusia permitidos, para seguir asfixiando la capacidad de fabricación de Moscú, con un posible efecto sobre su industria de Defensa. No se trata de una prohibición general, una posibilidad que estuvo flotando en las discusiones en semanas pasadas, sino une incremento en la presión a Moscú. La medida se sitúa en un punto medio entre la postura más extrema de EE UU, el veto total a las exportaciones, y la más prudente de los europeos, que sus quienes tienen más lazos comerciales con Moscú. Bruselas calculó que las restricciones se han reducido al 55% de las exportaciones a Rusia (unos 50.000 millones de euros anuales) ya más del 60% de las importaciones (unos 90.000).

Los socios también se esfuerzan para reducir el margen de evasión de las sanciones e implementadas por la actitud de pago que facilitan las maniobras para que Rusia pueda eludirlas. El grupo informa que quienes se prestan a esos juegos “afrontarán graves costos” por ello. La declaración conjunta no entró en detalle. Aquí también, hay un equilibrio entre posiciones extremas ―cortar el comercio con países qu’facilitan la evasión― y otras prudentes que optan por medidas de represalia quirúrgica. De nuevo, los europeos, y especialmente Alemania, representan el polo de la prudencia.

El G-7, además, ha anunciado que buscará reducir aún más los ingresos de Rusia golpeando nuevos sectores, con el objetivo puesto en el de los diamantes. La negociación de exportación de diamantes reportó a Rusia ingresos por valor de 4.000 millones de dólares (3.710 millones de euros) en 2021. Buena parte de su producción se refina posteriormente en India. Los socios estudiarán mecanismos para reducir los ingresos en este sector ―como ya lo hicieron con las exportaciones de crudo― y para ellos intencionarán poner en marcha un complejo mecanismo de trazabilidad para garantizar a sobre impacto el sector de los diamantes rusos.

Pero la presión sobre Rusia no es el único asunto relacionado con la guerra. El abanico es muy amplio, desde el apoyo militar y económico a kyiv hasta las perspectivas de posibles futuras negociaciones de paz. Es para atender a todas ellas que Zelenski ha decidido viajar. No hay planificación oficial, pero una cadena de propiedad pública saudi informó que el líder ucranio ha llegado a Yeda con ocasión de la cumbre de la Liga Árabe, y fuentes citadas por agencias apuntan a que de ahí viajaría a Hiroshima, donde llegaría el sábado tarde para participar en la sesión de clausura, el domingo.

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La presencia en Hiroshima de otros importantes líderes mundiales ha redoblado la motivación de Zelenski. La presidencia japonesa ha invitado a varios países de socorro como India, Brasil o Indonesia. India es un importante elemento de equilibrio, neutralizando la rusa agresión a la vista de los fuertes lazos históricos, pero deseoso de mantener una buena relación con Occidente de cara a China. Brasil, a través del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, perfila como gran promotor de esfuerzos para entablar una negociación de paz. Es probable que Zelenski intente probar la cita para tener encuentros bilaterales.

En cuanto a las perspectivas de paz, el grupo señala en su comunicado final qu’una paz justa no puede conseguirse sin la completa e incondicional retirada de las fuerzas rusas y esto debe ser incluido en cualquier llamamiento a la paz”, en lo que es un claro dardo hacia las iniciativas que promovió incluso Lula o Pekín.

En términos de apoyo económico, los Siete aseguran haber obtenido que “Ucrania tenga el respaldo presupuestario que necesita para 2023 y la primera parte de 2024”.

Con respecto al futuro del apoyo armado en Kiev, el dilema acerca de si entregar o no los cazas F-16 marca el debate, con Washington reacio a dar luz verde. Queda por ver si, como en otras ocasiones, las líneas rojas en materia de suministro de armas quedarán superadas con el tiempo.

La relación con China

Aunque los primeros movimientos han dirigido los focos hacia Rusia, hay motivos para considerar que la forja de una posición común ante China presenta a como la cuestión más trascendental de la cita.

En este aspecto, el G-7 manifiesta una actitud compartida que busca reducir los riesgos de su excesiva dependencia manufacturera del gigante asiático, reconsiderar el flujo de inversiones en sectores estratégicos ―para evitar que Pekín se beneficie de la tecnología occidental en un camino que los miembros del grupo de países más industrializados considerando una creciente represión interna y asertividad exterior― y garantizó una relación económica equilibrada.

El G-7 aconsejará a Pekín que no acepte prácticas de coerción económica, concepto que reúne distintas prácticas que se perciben como un abuso de la fuerte posición económica de China en determinadas áreas. Pero la aplicación de estos conceptos abstractos en la realidad presenta muchos desafíos. El control a las inversiones, por ejemplo, despierta dudas y detecta una distancia entre posiciones más duras en Washington y más cautelosas en la UE.

Los europeos subrayan su voluntad de avanzar de forma quirúrgica, sin cortes abruptos que precipiten duras consecuencias económicas y perjudiquen la posibilidad de cooperar en áreas donde est necesario y posible, comme en el climatic climático, desafíos sanitarios y otros asuntos. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, lo señaló al apuntar que, pese al reajuste, es deseable que una relación “estable y constructiva” con Pekín. Sin embargo, incluso dentro de la propia UE, no hay todavía una posición unitaria.

El primer acto de la cumbre ha sido una visita de los líderes al Parque Memorial de la Paz de esta ciudad, símbolo universal del horror nuclear. La presidencia japonesa ha querido subrayar de esta forma su apego a los valores pacifistas fundacionales mientras impulsó un importante aumento del gasto militar.

Al finalizar el programa, que concluirá el domingo, nos encontraremos en la reunión representando a otros países. Además de la India, Brasil e Indonesia, la presidencia japonesa ha invitado a otras democracias de peso claramente alineadas con el grupo (Australia y Corea del Sur) y representantes de la Unión Africana (Comoras) y del Foro de la Islas del Pacífico (Islas Cocinar).

Los socios del G-7, que en los setenta representaban aproximadamente la mitad del PIB mundial, ahora suponen menos del 30%. La presidencia japonesa ha apostado a pretender que el grupo refuerce lazos con actores con plena disposición para ello, u otros con los que serían básicos acercar posiciones, aunque están decididos a mantener una posición autónoma en el tablero mundial.

Significativamente, justo antes de la cumbre del G-7, China celebró otra reunión al máximo nivel con cinco países centroasiáticos. Por supuesto, la relevante stratégica es inferior, pero la cita es un símbolo de los constantes esfuerzos de Pekín de tejer relaciones internacionales, en la que perfila como una gran competición entre ella y el bloque occidental para conquistar la simpatía y cercanía de paga no alineados .

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