En Guatemala, los múltiples desalojos de favoritos presidenciales son el problema
La lista de serios contendientes por el poder sigue reduciéndose en Guatemala. A un mes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el último que queda fuera de la contienda es Carlos Pineda (derecha), cuya candidatura fue ” suspendido “viernes 26 de mayo por la justicia y el Tribunal Superior Electoral (TSE) a pedido de un partido opositor que reveló irregularidades en el procedimiento.
“Ganó la corrupción, perdió Guatemala”, un comentario en su cuenta de Twitter el que resultó favorito en las encuestas, tras la sentencia del Tribunal Constitucional que consideró su recurso ” sin objeto “. Esta sentencia debería adquirir firmeza en los próximos días. El candidato derrocado luego se unió a decenas de sus seguidores que se manifestaron frente a la sede de la Corte.
El empresario de 51 años se colocó a la cabeza en la última encuesta publicada por el diario Prensa Librecon el 23,1% de las intenciones de voto, por delante de la socialdemócrata y exprimera dama Sandra Torres, de 67 años (19,5%), el exfuncionario de la ONU Edmond Mulet, de 72 (centro, 10,1%), y Zury Ríos, de 55 -hija de un año de edad de un ex dictador (derecha conservadora, 9,2%).
En total, veintidós candidatos permanecen en la carrera por la elección presidencial. Este número, habitual en Guatemala, prácticamente impide cualquier posibilidad de elección en la primera vuelta, el 25 de junio, ya que el ganador debe obtener más de la mitad de los votos. La segunda vuelta está prevista para el 20 de agosto.
Candidatos cooptados por las élites gobernantes
Antes de Pineda, el TSE ya había eliminado a dos candidatos serios: Thelma Cabrera (izquierda, 52 años), de los pueblos indígenas mayas que constituyen al menos el 40% de la población, y Roberto Arzu (derecha, 53 años), hijo del expresidente Álvaro Arzú, en el poder de 1996 a 2000.
“Lamentablemente, no somos suficientes para cambiar el rumbo de este país”lamentó en Twitter el Sr. Pineda, quien agradeció a sus seguidores y los animó a “golpear, participar y [s’]involucrarse en los problemas de la nación”.
Los 9,3 millones de electores guatemaltecos estarán llamados a designar, por un solo mandato de cuatro años, al sucesor del presidente de derecha, Alejandro Giammattei, de 67 años. Este último, que había prometido durante su elección “no ser otro hijo de puta”deja el cargo con el 75% de las opiniones calificadas, según otra encuesta publicada por Prensa Libre.
Para analistas y personalidades desterradas, no hay duda de que la ” fraude “ no radica en la manipulación de los resultados de las votaciones, sino que consiste en imponer candidatos cooptados por las élites gobernantes. La expulsión de candidatos por los tribunales pone “en peligro (…) el estado de derecho, la democracia, las garantías y libertades de toda la población”denuncia, a la Agence France-Presse (AFP), Edie Cux, directora de Acción Ciudadana, versión local de la ONG anticorrupción Transparencia Internacional. “Hay un plan preconcebido para [désigner] los candidatos, quitando a los que dan vergüenza y manteniendo a los que tienen los favores del sistema”el explica.
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El estado utiliza “estructura judicial” emprender una nueva forma de “fraude electoral” por la exclusión de candidatos, agrega Jordan Rodas. Él mismo, que se postulaba para la vicepresidencia de MA mí Cabrera, fue destituido por cargos de corrupción y todas sus apelaciones fueron desestimadas.
“Vemos al presidente mover sus peones”
Para muchos analistas, el país vive un retroceso democrático desde la terminación anticipada en 2019 de la misión anticorrupción de la ONU CICIG, por orden del expresidente Jimmy Morales (2016-2020), quien estaba él mismo en el alambre colimador. La CICIG había desenterrado casos de corrupción retenidos, lo que incluso llevó a la transmisión de 2015 del presidente Otto Pérez. Desde que el Sr. Giammattei llegó al poder, varios fiscales anticorrupción que habían trabajado con la misión de la ONU han sido arrestados.
El viernes fue detenido el exjefe de la Fiscalía Anticorrupción, Stuardo Campos. Denunció una acusación “erróneo” por una pista “abuso de autoridad”. El magistrado se suma así a los demás fiscales procesados tras haber combatido la corrupción en este país centroamericano.
La acusación está bajo la autoridad de la Fiscal General, Consuelo Porras, amiga íntima del presidente Giammattei, incluida ella misma por Estados Unidos en una lista de personalidades corruptas. El Sr. Campos había sido destituido en 2021 de su cargo por el Sr.A mí Porras, y designó a la fiscalía encargada de la represión del tráfico ilegal de migrantes, que había despertado muchas críticas.
El año pasado, la exjefa de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI, anticorrupción) en el departamento de Quetzaltenango (oeste), Virgina Laparra, fue sentenciada a cuatro años de prisión. El exjefe a nivel nacional de la FECI, Juan Francisco Sandoval, que había abierto una investigación por corrupción contra el presidente Giammattei, huyó a Estados Unidos para escapar del enjuiciamiento después de que fuera destituido en 2021.
Allá “dictadura de un grupo [soudé] por intereses económicos, corrupción e incluso crimen organizado” impone sus puntos de vista, según el ex relator de la ONU para la libertad de expresión, Frank La Rue. Describe un escenario político en el que “Vemos al director, al presidente, mover sus peones. Pero lo que no vemos es quién escribe el guión y quién financia la obra”..
Ay de los que intentan penetrar en los secretos del poder: José Rubén Zamora, director fundador del diario el periodico, que ha publicado numerosas investigaciones sobre casos de corrupción, está acusada de blanqueo de capitales y chantaje. Encarcelado desde el 29 de julio de 2022, enfrenta una pena de seis a veinte años de prisión y su periódico se ha visto obligado a cerrar.