noviembre 12, 2024

España 2 – Escocia 0: España respira por Morata

España 2 – Escocia 0: España respira por Morata

Es la hora de Morata. Tantos años después, tantos goles fallados, traspasos y chanzas acumulados, el delantero del Atlético es ahora la solución. España respira en su futuro hacia la Eurocopa por el gol del hombre en estado de gracia que derribó a Escocia.

Hay pasión en la grada cuando los himnos ocupan el escenario. Los escoceses enlazan los brazos, las manos, cantan a pulmón abierto, sienten su país. Sevilla, la ciudad que nunca falla al sentimiento, entona el inevitable ‘lo, lo, lo’ del cántico que acompaña a España. Resulta poco comprensible que el himno español no albergue una letra y que permita interpretarlo. A fin de cuentas, a casi todo el mundo le gusta cantar cuando está contento.

El público de Sevilla está predispuesto al apoyo incondicional, aunque la selección que propone Luis de la Fuente, toque, asociación, presión, aseo en el manejo y rigor táctico, no termina de conectar con las emociones del aficionado. Como no hay una pasión desbordante en el césped, la parroquia se entretiene haciendo la ola y burlándose de los escoceses que anulan el giro de brazos en alto al pasar la onda por su sector.

La selección se entiende a partir de Rodri, el campeón de la Champions, que ejerce una influencia total en el juego de ataque de la selección. El balón y la jugada se aclaran al pasar por el eje del Manchester City, que encuentra continuidad en el empuje de Gavi y la zurda con criterio de Merino.

Pero en la selección no aparece Oyarzábal, de quien se espera un concurso determinante en partidos grandes y a menudo ofrece una impresión muy fría. Su técnica y visión son indiscutibles, su influencia es cuestionable.

Primera parte sin vértigo

El patrón español es una versión de la posesión similar al método Luis Enrique. Pero en la primera parte falta vértigo, electricidad, rock and roll. Un equipo muy parado que no traspasa la línea cholista que propone Escocia. Rival duro como el granito, que busca el dominio aéreo, las gana todas Dykes, los saques de banda a los Tomás Reñones destino el área y que torpedea el cronómetro con simulaciones, pérdidas y retraso deliberado que solivianta a los españoles.

Ferrán la tiró fuera, solo ante el portero, en el minuto 1. Mikel Merino chutó al palo en el 34. Sin gol, España empezó a notar el sudor frío del empate, el paso de los minutos, el cerrojo inamovible de los británicos y la ansiedad del futuro.

A De la Fuente no le tiembla el pulso. Cambia en el descanso al nublado Oyarzábal y entrega el dorsal 10 a Bryan Zaragoza, el fintador que volvió loco al Barça. Una manera de intentar agitar el partido que no prospera, porque al chaval le sale una jugada y luego se atora. España se atasca en el fútbol horizontal, desprovisto de picante, jugadores cortados por un patrón. No ve la luz porque no hay un gol salvador ni tampoco el fútbol fluido o enérgico, diferente al menos, que se requiere para derribar a Escocia.

El árbitro echa una mano a España en un gol anulado por fuera de juego, el VAR está vez viene de cara después de la pifia tremenda de Carvajal, que se ofusca, concede la falta peligrosa y carga con la tarjeta.

Ya hay tensión en el ambiente, se masca la tragedia que dirían los clásicos, empate o peor derrota ante un rival que juega rudimentario pero práctico. Navas por Carvajal, Sancet por Merino, el seleccionador busca y no encuentra el tránsito al calor.

En ese empeño embarullado, que se enfanga en pases por el medio, no recurre al tiro exterior, demasiados centros laterales, se hace la claridad. Un buen servicio de Navas y un espléndido viaje al hueco de Morata, futbolista inspirado, cabezazo magnífico, picado abajo. Es su momento. El gol serena, Escocia se parte, Sancet hace el segundo.