En su informe semestral para 2025, el Instituto de Inversión de BlackRock modificó su estrategia para enfocarse más en el contexto actual. La empresa subrayó que el escenario presente no posee fundamentos macroeconómicos confiables, como una inflación controlada o una disciplina fiscal estricta, lo que lleva a una administración más táctica a plazos de seis a doce meses. De acuerdo con el reporte, actualmente hay más certeza sobre los eventos a corto plazo que sobre los que podrían suceder en el futuro lejano.
Gestión activa para generar valor
BlackRock enfatiza la importancia de lograr «alpha», lo cual significa obtener ganancias superiores a las de los índices de referencia, a través de una gestión activa que busca identificar oportunidades específicas, sin limitarse a replicar las tendencias del mercado. El documento indica que los administradores más exitosos de los últimos años han incluido elementos como la búsqueda de liquidez, ajustes normativos y narrativas de gran impacto como impulsores de rendimiento.
Megafuerzas transformadoras: IA, energía e infraestructura
La firma identifica tres grandes fuerzas estructurales que influirán de manera decisiva en los mercados globales: la inteligencia artificial, la transición energética y la fragmentación geopolítica. Estas “megafuerzas” sustentan la decisión de sobreponderar sectores como la tecnología estadounidense, las empresas vinculadas a la generación y distribución eléctrica, y los actores clave en energías renovables.
En América Latina, BlackRock ve oportunidades concretas en agrotecnología, minería e innovación energética. Además, anticipa que buena parte de la inversión necesaria en estas áreas provendrá del sector privado, sobre todo en financiamiento de infraestructura y tecnología emergente.
Apuesta táctica por el mercado estadounidense
En el muy corto plazo, la firma mantiene una postura favorable al riesgo en acciones estadounidenses, impulsadas principalmente por el crecimiento de la inteligencia artificial. Este fenómeno, según BlackRock, ha creado una base sólida que permite al mercado estadounidense mantenerse en una posición de liderazgo, pese a la volatilidad política o económica.
A escala mundial, también identifica oportunidades en el ámbito de la deuda fija, como los bonos europeos cubiertos en comparación con el dólar y las emisiones internas en mercados en desarrollo, donde los rendimientos en moneda local son atractivos en ciertos contextos.
Perspectivas a medio y largo plazo
Con una mirada más amplia, BlackRock subraya el papel protagónico que tendrá el capital privado en un entorno donde muchos gobiernos enfrentan restricciones fiscales. Sectores como infraestructura, transporte y energía renovable serán los principales receptores de capital, en tanto que los fondos privados destinados a estos fines podrían duplicar su tamaño en los próximos años.
Sobre renta fija, la empresa prefiere bonos vinculados a la inflación de corta duración, en lugar de valores nominales a largo plazo. Además, se inclina por deuda del Reino Unido y en los mercados emergentes ve potencial en naciones como India y Japón, gracias a reformas estructurales y estrategias corporativas más activas.
Análisis de riesgos y adecuaciones cuidadosas
BlackRock adopta una perspectiva cautelosa sobre los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo. A pesar de que los rendimientos actuales pueden parecer altos, la coexistencia de déficits fiscales importantes y la inflación constante podría reducir su atractivo. En este escenario, la compañía enfoca su atención en deuda corporativa y bonos soberanos selectos que poseen perfiles de riesgo más gestionables.
Una estrategia que se adapta al nuevo ciclo
En un contexto caracterizado por la innovación tecnológica, el cambio en el sector energético y la volatilidad geopolítica, BlackRock presenta un enfoque que mezcla maniobrabilidad táctica con principios estratégicos a largo plazo. La inteligencia artificial, la infraestructura y el crédito privado no solo surgen como oportunidades esenciales, sino como fundamentos que pueden apoyar el avance en un ciclo económico impredecible.
El administrador acepta que el entorno requiere ajustarse continuamente, ser disciplinado en la distribución de recursos y observar de cerca los cambios estructurales que están modificando los mercados internacionales. De este modo, su plan para el resto de 2025 se basa en elecciones proactivas, específicas y sólidamente justificadas.
