mayo 22, 2025

La endoscopia en nuestro tubo digestivo

La endoscopia en nuestro tubo digestivo

La endoscopia en nuestro tubo digestivo

Toda esta tecnología médica, utilizada en la especialidad de gastroenterología, se introduce en el cuerpo humano a través de la boca o la nariz (gastroscopia, manometría y PHmetría) o por el ano (colonoscopia y enteroscopia).

Es mínimamente invasiva y prácticamente no causa efectos secundarios, pero muchas veces se requiere sedación parcial o total del paciente.

Su fin es conseguir ver “anomalías” en el interior del tubo digestivo, en función de sus distintas partes esenciales: esófago, estómago, duodeno, intestino delgado, la zona más complicada de analizar, colon o intestino grueso, incluyendo el recto.

A grandes rasgos, una endoscopia nos permite acceder al interior del cuerpo humano o de los animales, de una forma mínimamente invasiva mediante un aparato que tiene forma de tubo flexible, por donde se introduce el instrumental, con una minicámara de vídeo y una luz colocadas en su extremo distal.

“Diagnosticamos y tratamos inflamaciones, hemorragias, úlceras, pólipos o tumores con la visualización directa en un monitor”, señala el Dr. Enrique de Madaria Pascual, gastroenterólogo del Hospital General Doctor Balmis de Alicante y subdirector científico del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica ISABIAL.

“Con la manometría y PHmetría esofágicas analizaremos el funcionamiento de la presión en las paredes del esófago y la acidez persistente en este conducto, canal primario de nuestra alimentación muy sensible a las dolencias”, completa.

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Gastroscopia, desde el comienzo del esófago hasta el duodeno

“También conocida como endoscopia alta, es una herramienta vital que se emplea en procedimientos diagnósticos y tratamientos varios del tracto gastrointestinal superior, que incluye el esófago, tubo que discurre hasta boca del estómago, donde se sitúa el hiato, el propio estómago y el duodeno, comienzo intestinal.

El gastroscopio está formado por un tubo largo, fabricado en materiales flexibles de silicona, caucho o plástico, que puede incorporar en su interior otros conductos para el paso de instrumentos médicos como pinzas para hacer biopsias (obtener trocitos de tejido epitelial, conjuntivo y conectivo) o agujas para inyectar medicamentos.

Durante el examen gastroscópico, el paciente, que acudirá a consulta en ayunas (ni sólidos ni líquidos), suele estar tumbado sobre su lado izquierdo, con la garganta anestesiada o, lo que es más frecuente hoy en día, sedado completamente; dormido para no tener sensaciones molestas.

Yo me hice una gastroscopia y puedo asegurar que, aunque tengas la garganta anestesiada, es desagradable. Si estás anestesiado es una prueba endoscópica que carece de efectos dolorosos.

La cámara situada en el extremo del gastroscopio transmite imágenes en tiempo real a un monitor, lo que permite al profesional inspeccionar el revestimiento, la mucosa, del tracto del tracto superior con detalle desde la segunda porción duodenal.

La endoscopia en aparato digestivo
Papila o ampolla de Vater y segunda porción duodenal, donde desemboca el donducto biliar común. Imágenes de vídeo y fotográficas cedidas por el Dr. José Carlos Marín Gabriel, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y director científico del Instituto Clínico del Aparato Digestivo.

El especialista en endoscopia buscará durante la introducción y la retirada del gastroscopio desde la zona duodenal cualquier anomalía: diferentes tipos de úlceras, inflamaciones, hemorragias, pólipos y tumores.

Además de estos fines diagnósticos, el gastroscopio puede utilizarse para ejectuar algunos tratamientos sobre la marcha.

Por ejemplo, si durante el examen se detecta una úlcera sangrante se cauterizará para impedir el sangrado y sus efectos, ya sea anemia o un posible riesgo vital, dependiendo de la gravedad de la hemorragia.

Asimismo, se pueden tomar biopsias de tejidos sospechosos a través del gastroscopio para su análisis posterior.

A día de hoy, no basta con ver una infección o un tumor en el estómago; no es suficiente su observación.

El médico tiene que averiguar, con exactitud, si nos enfrentamos a una bacteria como la Helicobacter pylori o qué tipo concreto de tumor maligno se está desarrollando en el interior del tubo digestivo.

La información es poder y en medicina es sinónimo de curación.

El gastroscopio es una herramienta inestimable en la medicina moderna que permite la detección y tratamiento precoz de la parte más alta del aparato digestivo, lo que contribuye a mejorar la atención y los resultados de nuestros pacientes; es decir, su calidad de vida”.

La endoscopia en aparato digestivo

Colonoscopia, desde el ano hasta el inicio del colon… y al revés

“El colonoscopio es otro instrumento médico endoscópico que es muy, muy parecido al gastroscopio, pero un poco más largo. Esta tecnología de diagnóstico y tratamiento está especializada en examinar el intestino grueso, lo que se llama el colon.

Si avanzamos desde el ano, primero observaremos el recto, luego el intestino grueso completo y llegaremos hasta los centímetros más distales del intestino delgado. En la retirada del colonoscopio, la observación escrupulosa se completará al contrario.

El colonoscopio, que se introduce suavemente tras sedar al paciente, también facilita, por medio de canales internos que tiene la propia herramienta, insertar más instrumental médico para tomar biopsias o realizar tratamientos, como extirpar pólipos, patología muy frecuente.

Esta técnica conocida, y muy temida emocionalmente, nos permite de esa manera el diagnóstico y el tratamiento de muchísimas enfermedades del colon; entre otras, los tumores.

Mediante la toma de pequeños trocitos de tejido del tumor, biopsia, para analizarlos posteriormente al microscopio, se diagnostica el tipo de tumor hallado, ya que existen muchos tipos de tumores benignos y malignos.

En algunos casos, si ese tumor está obstruyendo el intestino, y no pueden pasar las heces, el colonoscopio posibilita la implantación de una prótesis.

“Se coloca una especie de cilindro metálico que al expandirse chafa el tumor contra las paredes del intestino (a modo de un estent en cardiología intervencionista), abriendo así el canal obstruído a las heces y los gases.

La colonoscopia requiere una preparación previa del paciente, que incluye una dieta especial, la administración de un fármaco y la ingesta de líquidos para una adecuada limpieza intestinal: se provoca una diarrea que deja limpio el colon para garantizar una visión clara del mismo durante el procedimiento.

La endoscopia en aparato digestivo
Resección quirúrgica de un pequeño pólipo usando la técnica de Asa Fría. La cromoendoscopia digital (que se observa en la imagen de color grisáceo) permite ver con detalle las lesiones más sutiles que se visualizan con el colonoscopio o el gastroscopio.

Dr. Enrique De Madaria, ¿y qué utilidad demuestra el test de sangre en heces?

El test de sangre oculta en heces es una prueba diagnóstica que se ha transformado en algo cotidiano en la vida de muchísimas personas, sobre todo a partir de los 50 años de edad.

Este cribado de la población para detectar indicios de un cáncer forma parte de un gran plan sanitario, preventivo, que está establecido en todas las Comunidades Autónomas de España.

Se detectan trazas de sangre en las heces, por muy poquita sangre que pierda el interior de nuestro intestino.

¿En qué se basa este test?, en que los pólipos de gran tamaño, que son las lesiones que preceden al cáncer de colon, así como las pérdidas sanguíneas del propio cáncer de colon o del recto, originan hemorragias llamativas o minúsculas.

No hablamos de síntomas de una enfermedad, como el cáncer, sino de un sangrado, de trazas en las heces. Sólo si el test es positivo el paciente deberá realizarse una colonoscopia para comprobar la causa de esta pérdida sanguínea.

Muchas de las personas con resultado positivo en el test de sangre en heces no tendrá nada serio. Puede que sean pérdidas leves de sangre originadas por cualquier cosita, algunas provenientes de los tramos interiores del ano”.

Los efectos del gluten en el aparato digestivo.

Entereoscopia, el difícil acceso al complejo intestino delgado

“No es una endoscopia tan habitual como la gastroscopia y la colonoscopia; dos pruebas que más o menos gente tendrá efectuarse en algún momento de su vida. Por ejemplo, yo mismo ya tengo ambas en mi historial médico.

La enteroscopia, diseñada para examinar y tratar el interior del intestino delgado, es muy especial y se lleva a cabo con un instrumental similar al de sus hermanos gastroscópicos y colonoscópicos.

El intestino delgado, que mide hasta nueve metros de longitud y cuatro o cinco de diámetro, se encuentra más allá del duodeno, si se observara desde la parte alta del tracto digestivo, y antes del colon o intestino grueso.

El acceso a este parte del tubo digestivo, enrevesado, es francamente difícil; por lo que no tod@s l@s endoscopistas están capacitados para acceder a estos vericuetos intestinales.

El enteroscopio se ayuda de balones hinchables con los que se consigue avanzar, poco a poco, por el interior inexplorado.

Durante el procedemiento, se retrocede, de forma que se pliega el intestino como un acordeón, y se avanza ganado terreno. La paciencia y el sumo cuidado se dan la mano con la habilidad necesaria para ejecutar esta técnica.

Es una técnica compleja que requiere mucho tiempo, pero que es muy útil para un determinado tipo de pacientes, en los que, por ejemplo, se observan sangrados digestivos sin causa conocida, que no se localizan con las otras pruebas diagnósticas.

Aquí, oculta en la maraña intestinal, podremos encontrar la causa de la enfermedad de Crohn, que sólo afecta el Intestino delgado”.

reflujo gastroesofágico

Manometría esofágica, un análisis del mal tragar

“Es un procedimiento diagnóstico utilizado para evaluar la función y la motilidad (respuesta ante los estímulos) del esófago: tubo que lleva todo lo que tragamos desde la boca al estómago y que discurre por la zona interior del pecho.

La manometría suele realizarse para evaluar afectaciones como la enfermedad por reflujo gastroesofágico (pacientes que sufren ardor porque suben los ácidos estomacales), la acalasia (afectación de los nervios y músculos del esófago, lo que impide tragar con facilidad).

También, la dificultad para tragar, el dolor torácico y los trastornos que impiden a los alimentos pasar desde el final esófago al estómago a través del hiato.

Este esfínter siempre está cerrado para evitar que suba el ácido estomacal hacia las paredes del esófago. Cuando ingerimos comida o bebida, se relaja; operativa que no funciona bien en algunas personas.

Son pacientes que tragan y se le queda la comida a las puertas del estómago. Notan que su conducto está atorado y que la comida se acumula en el pecho.

En la prueba de la manometría simplemente se utiliza un cable flexible que tiene sensores y se introduce por la nariz: los sensores miden la presión ejercida por los músculos del esófago al contraerse y relajarse durante la deglución.

El análisis del esfínter esofágico inferior proporciona datos técnicos para efectuar otro tipo de pruebas, la gastroscopia entre ellas. Nos sirve para tomar decisiones, para saber qué tiene el paciente y cómo tratar su patología en el tubo digestivo.

Es un procedimiento que suele ser seguro y es mínimamente invasivo, como el resto de pruebas endoscópicas en aparato digestivo.

Por supuesto, como cualquier elemento extraño que entra en el cuerpo humano cuando se hace una prueba, más o menos invasiva, podrán acontecer efectos secundarios, pero en estos casos endoscópicos son rarísimos”.

La endoscopia en aparato digestivo

Doctor De Madaria, ¿cuándo se prescribe una PHmetría esofágica?

“La monitorización del PH esofágico -acidez en las paredes del esófago- es lo que se conoce como PHmetría esofágica. Es una prueba diagnóstica utilizada para evaluar el reflujo ácido que pasa del estómago al esófago, lo que se conoce como reflujo gastroesofágico.

En esta prueba se introduce un catéter por la nariz y se coloca a unos cinco centímetros por encima del cierre del esófago, el hiato diafragmático, esfínter que evita que pase ácido del estómago al esófago.

Este catéter se usa durante al menos 24 horas; el paciente se va a su casa y hace vida normal con el catéter visible en el exterior de la nariz.

En realidad, una vez que te se ha colocado el dispositivo, y pasados unos minutos, ya te has acostumbrado; incluso el paciente se olvida de que lo lleva puesto porque deja de sentir su sensación física.

La mucosa del esófago, en teoría, no ha de registar ácido, ya que la comida, en general, no es especialmente ácida. Además, el conducto esofágico se lava con la saliva y el agua”.

La endoscopia en aparato digestivo

¿Y por qué no se fían al 100 % de las afirmaciones de l@s pacientes bienintenciod@s que aseguran padecer ardor en el esófago?

“Porque muchos pacientes que notan y aseguran sufrir acidez, al medir sus niveles en el esófago con la phmetría se demuestra que en la mucosa esofágica no existe la causa objetiva del ardor; es decir, los fluidos estomacales que traspasan el esfínter.

Y esta realidad es especialmente importante, puesto que estos pacientes, que no resuelven el problema con medicamentos, pueden ser candidatos a una operación para atajar el problema de trasvase de ácidos entre el estómago y el esófago.

Si tú llevas a una persona al quirófano sin necesidad estás cometiendo, de alguna manera, una incompetencia. Habrás expuesto al paciente a una cirugía innecesaria, con posibles efectos secundarios, y, para más inri, no se habrá solucionado el problema: continuará sufriendo ardor o acidez”.

Concluye el Dr. Enrique de Madaria Pascual, gastroenterólogo e investigador del aparato digestivo