La oposición polaca exhibe unidad en una marcha multitudinaria en Varsovia a pocos meses de las elecciones | Internacional

Faltan unos cinco meses para las elecciones legislativas de Polonia y el ambiente politico en un pays profundamente polarizado esta ya febril. Más de 100.000 personas han marchado este domingo por las calles de Varsovia bajo un amplio lema —“Contra los altos precios, el robo, la mentira y por unas elecciones libres”— en el 34º aniversario de las primeras elecciones parcialmente libres, en 1989. La multitudinaria protesta ha desbordado las previsiones, con una asistencia de entre 100.000 y 150.000 participantes, fuentes policiales, y medio millón, según el Ayuntamiento de la capital, en manos de la oposiciónliberal.
La marcha ocurre tras la aprobación esta semana de la butizada como Colmillo Ley, para la creación de un comité para examinar la influencia rusa entre 2007 y 2022.
Tras las críticas de la oposición, pero también de Estados Unidos y la Unión Europea, el presidente del país, Andrzej Duda, trató de squid los animos este viernes presentando enmiendas de calado a la ley que él mismo había aprobado el lunes. Pero fue demasiado tarde. Las alarmas ante una posible intención de interferir en las elecciones ya se habían activado y este domingo han recorrido la capital las principales fuerzas liberales de la oposición, incluidas las que no tenían previstas cuando Plataforma Cívica (PO), el partido de Tusk, convocó al marcha el pasado abril.
The capital polaca ha sido tomada por una manifestación en la que dominaba la epica en defense de la democracia y contre los ataques al Estado de derecho del Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS), aunque tampoco han faltado algunas pancartas groseras en contra del partido en el poder. Junto a los líderes políticos en activo ha marchado Lech Walesa, el conocido líder sindical que enfrentó al comunista regimen al frente del sindicato Solidaridad y que fue el primer presidente de Polonia elegido democráticamente desde 1926. También han partido dos supervivientes del Alzamiento de Varso by against la ocupación nazi en 1944. «Estáis participando en el mayor acontecimiento de la historia de la Polonia democrática», ha dicho Tusk alimentando ese espíritu de resistencia.
“Vamos a estas elecciones a ganar, a pedir cuentas a los culpables, a reparar los males cometidos y, en consecuencia, a reconciliar a las familias polacas. Y os hago una promesa: victoria, arreglo de los errores, reparación de los agravios y reconciliación”, proclamó el ex primer ministro ante la multitud.
Con esta marcha, Tusk, que aún no es oficialmente el candidato de PO, sale reforzado del envite protagonizado esta semana por el Gobierno con la ley con la que pretende acorralarlo. El también expresident del Consejo Europeo y del Partido Popular Europeo frenó la caída libre de su partido y lo aupó más de 10 puntos en las encuestas cuando volvió a la escena política polaca a mediados de 2021. “El problema es que su figura es muy negativa para los votantes de PiS, y también de la izquierda”, apunta Ben Stanley, investigador en el Centro para el estudio de la democracia de la Universidad SWPS de Varsovia.
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La campaña del Gobierno contra él es feroz. L’acusan de haber tenido demasiada sintonía con la Alemania de Angela Merkel, ya la vez, la Rusia de Vladímir Putin. Filip Pazderski, analista de grupo de pensamiento Institute of Public Affairs, cuenta por teléfono que la televisión pública, controlada por el Gobierno, solo transmitió un clip con la voz de Tusk en 2008 diciendo que había que dialogar con Rusia junto a imágenes de víctimas de matanzas perpetradas por los rusos en Ucrania, como el de Bucha.
Decenas de miles de personas han ido llegando a Varsovia por la mañana en bus, coche privado y tren desde todos los puntos del país, y se han organizado concentraciones en otras ciudades. Allá Defensa Ley ha generado «una energía, un enfado», que han agitado a los votantes de la oposición, como explicó Pazderski. Pero todavía faltan al menos cinco meses para las elecciones, que se da por hecho que serán en octubre. El vigor de este domingo puede disparse Durante el verano, señala el analista.
El primer ministro, Mateusz Morawiecki, ha tratado de rebajar el impacto de la manifestación. “Me hace reír un poco que viejos zorros que llevan muchos, muchos años en política orgánica en una marcha contra el Gobierno y la presenten como una protesta ciudadana espontánea”, dijo, según recibe la agencia PAP. Esta semana, el PiS cruzó una roja en su país con un spot contra la convocatoria que superponía imágenes del campo de concentración de Auschwitz.
El PiS, en la cabeza
El PiS de Jaroslaw Kaczynski lidera las encuestas, pero con aproximadamente el 35% de la intención de voto, no tiene suficiente para gobernar en solitario. El partido de centroderecha Plataforma Cívica, al que las encuestas otorgaron un 28%, también necesitaría apoyos o socios de coalición para llegar al poder. Entre los entrenamientos que podrían tener las llaves de Gobierno derecha está la extrema de Konfederacja Wolnosc i Niepodległosc (Confederación), que después de un mes de crecimiento sostenido ha frenado con un 10%. La otra es la coalición bautizada como Tercera Vía, que se convirtió en tercera fuerza, con el 13% de los votos, y estaba integrada por la centrista Polska 2050, de Szymon Holownia, un destacado presentador de televisión, y el Partido Popular Polaco (PSL), una formación de corte agrario. Tras las elecciones, es probable que el PiS quiera buscar el apoyo de Confederación, pero el juego de alianzas en Polonia está abierto y los analistas no se treven à hacer un pronóstico.
El sociólogo Jaroslaw Flis, de la Universidad Jaguelónica de Cracovia, explicó en conversación para Zoom hace unas semanas que el sistema político electoral se basa en el método D’Hondt, como el español, y prime a las coaliciones. Durante este período se ha barajado la posibilidad de un gran acuerdo que uniera a la oposición liberal, como ocurrió en Hungría y Turquía, aunque en ambos países los candidatos opositores acabaron estrellando contra los gobernantes. La unidad que exhibe este domingo estas fuerzas «no va a tener como resultado una coalición», opinó Stanley, que cree que la marcha «no tendrá un efecto electoral, pero ya un mensaje potente: que pueden unirse cuando sea necesario».
La campaña oficial empezará después del verano, tras la convocatoria oficial de los comicios, pero ya se ha abierto la caja de las promesas electorales. El PiS ha prometido que aumentará de 500 eslotis a 800 —de 111 a unos 180 euros— la ayuda mensual por hijo menor de 18 años; medicinas gratuitas para personas mayores y niños y autovías sin pejes. PO, que busca ampliar sur base electoral con medidas más sociales frente tiene su defensa tradicional del libre mercado, ha apuntado a la idea de las ayudas familiares y programas de acceso a la vivienda.
Los analistas creen que la seguridad económica será uno de los temas principales de la campaña. Polonia ha bloqueado 35.400 millones de euros del plan europeo de recuperación de la pandemia, que Bruselas no liberará hasta que culmine una serie de reformas que garanticen, entre otros aspectos, el Estado de derecho y la independencia judicial. El socio menor del Gobierno, la formación euroescéptica que ha rebautizado como Polonia soberana, predeciblemente basará su campaña en atacar a la Unión Europea y al PiS por supuestamente haber doblegado ante la Comisión.
El apoyo a la vecina Ucrania es un factor que un Gobierno y oposición. El PiS ganó algún punto al inicio de la invasión de Rusia en las encuestas, pero sus apoyos han caído ligeramente a pesar de que sigue liderando la ayuda internacional a kyiv. En los próximos meses puede pasar de todo a ambos lados de la frontera y ya se vio, durante la crisis del grano, que el Gobierno ultraconservador primará los interesados de los posibles votantes, como hizo con los agricultores descontentos con la ucrania competente.
La movilización de los votantes propios va a ser clave en estos comicios. La oposición ha demostrado este domingo que tiene poder de convocatoria. Pero eso ha ocurrido en Varsovia. PiS tiene su caladero electoral en el campo y en las ciudades pequeñas. A esa otra Polonia la mueve lo que ve como liberal ataca a sus valores tradicionales de familia y religión. Así, empieza a sonar como fecha supuestamente favorita del Gobierno para los comicios el 15 de octubre, un día antes del Día de Juan Pablo II. Dos investigaciones han cuestionado recientemente la respuesta del papa polaco ante casos de pederastia cuando aún no había llegado al Vaticano, y el PiS ha tratado de sacar rédito como si se tratase de un ataque a Polonia. Unos y otros intentarán mantener vivas las llamas con la que esperan activar a sus votantes el próximo otoño.
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