Los rivales de Calvio en el BEI se ‘cuelan’ en Santiago para contrarrestar su influencia
Vestager, Franco y Czerwinska hacen lobby abierto y descarado durante la reunin del Ecofin, a pesar de que no tienen responsabilidades directas
Esta semana, Nadia Calvio juega en casa. Como responsable de Economa, es la anfitriona de la reunin informal de sus homlogos de la UE, que se celebra viernes y sbado en su tierra, en Santiago de Compostela. La vicepresidenta confiaba en que aqu, en la Ciudad de la Cultura y antes de que los intentos de investidura aadan ruido al debate pblico, sus aspiraciones a presidir el Banco Europeo de Inversiones quedaran satisfechas. Sin embargo, la cuestin no slo ha quedado fuera de la agenda, sino que la persona responsable de que no se vaya a discutir del tema, su rival Margrethe Vestager, ha aparecido en la ciudad gallega para neutralizar el ‘efecto domicilio, acaparar los focos y hacer todo el lobby posible para su propia candidatura.
Las imgenes no pueden ser ms llamativas. Aunque la semana pasada la danesa pidi una excedencia temporal de la Comisin Europea, de la que es vicepresidenta y responsable de Competencia, el jueves era una ms, siempre pegada a Calvio, en la visita que las autoridades europeas hicieron a la Catedral de la ciudad. Cuando la espaola terminaba de hablar con alguien, ella coga el relevo. Horas despus, se paseaba por los mrgenes del Ecofin, luciendo una acreditacin de la delegacin de su pas. Vestager no pinta nada en el Ecofin, pero se ha desplazado para hacer lobby, para reunirse con los pases ms pequeos, para intentar tejer una alianza. Y sobre todo, para contrarrestar la influencia de la espaola, considerada favorita por casi todos en Bruselas. Y como ella, otros dos aspirantes: el italiano Daniele Franco y la polaca Teresa Czerwinska.
En un primer momento, Espaa confiaba en que de Santiago saliera un solo nombre para el BEI. La decisin final la toma la junta de Gobernadores de la institucin, pero el plan es que el Ecofin antes consensue el nombre. Sin embargo, no pudo ser. Vestager se quej al ministro belga, Vincent Van Peteghem, que como presidente rotatorio de esa junta de gobernadores es el encargado de la logstica en este proceso para el que no hay normas muy claras ni una coreografa precisa. La decisin no poda tomarse en Santiago, argumentaban el resto de aspirantes, porque no sera justo ni dara buena imagen. Sera en Espaa, durante la presidencia espaola y bajo la batuta de Calvio.
«Mire, puede que la presencia de algunos de los candidatos lleve a conversaciones, pero yo como presidencia espaola no voy a abordar esta cuestin aqu (…) No me parecera adecuado teniendo en cuenta que presido estas reuniones del Ecofin informal y que nos encontramos no solamente en Espaa, sino en mi tierra, en Galicia, en Santiago de Compostela», ha dicho irnicamente la espaola a pesar de que hasta hace muy poco su entorno decan lo contrario, que no slo era posible sino deseable que todo quedara zanjado ya aqu.
Van Peteghem seguir la ronda de consultas y si ve que hay cierto consenso, o una mayora inclinada hacia una candidata, pedir que sea incluido en el Ecofin del 15 de octubre en Luxemburgo, que no slo es terreno neutral para todos los aspirantes, sino donde est la propia sede del Banco. «No hay que forzar el proceso. Estamos haciendo consultas informales para tener un candidato de consenso y no estamos en ese punto todava», ha asegurado.
Pero la carrera est en marcha y por eso cada minuto es precioso. La imagen fue de lo ms singular y a ratos cmica. Vestager, acostumbrada siempre a estar rodeada de equipo y squito, sola por los pasillos y sola con su telfono en el exterior. A ratos brujuleando, a ratos tomando el sol, dejndose querer por los numerosos medios de comunicacin desplazados. Y lo mismo con Franco y la vicepresidenta polaca, que no tiene a priori ninguna opcin tampoco. Todos vendiendo sus candidaturas y virtudes. «No vengo a pedir un trabajo, sino un mandato de reforma. El BEI tiene que ser ms rpido y mantener la calidad», asegur la danesa en un corrillo. La de Santiago es una ocasin nica para hablar y conocer en persona a algunas de las personas con las que no he tratado hasta ahora», aadi satisfecha la vicepresidenta comunitaria en excedencia.
SLO UN APOYO CLARO
Por el momento, slo un pas ha anunciando pblicamente su respaldo a una candidatura: Portugal. Y no es ninguna sorpresa, pues comparte junto a Espaa una silla rotatoria en la direccin de la institucin. Quien aspire a presidir el Banco Europeo de Inversiones necesita el apoyo de Alemania y Francia, pues no hay un voto por pas, sino que se tiene en cuenta el capital de la institucin. Pars, Berln y Roma tienen un 18%, y Espaa algo ms de un 11%. Las reglas dicen que hace falta un 68% as como el respaldo de 18 pases, pero se da por hecho que si los dos grandes estn de tu lado, hay poco que debatir.
El Gobierno aspiraba a que uno de los dos grandes mostrara abiertamente su respaldo, pero los lderes han sido cautos. Bruno Le Maire asegur que la espaola rene las «habilidades requeridas», pero que slo mencionara a Calvio por su nombre no parece que sea suficiente muestra de apoyo, salvo para los ms optimistas. El alemn Lindner (liberal, a diferencia de su canciller Scholz, socialista) marc ms distancias limitndose a sealar que hay «buenos candidatos cualificados» y prefiriendo destacar lo que l pide: alguien prudente, conservador fiscalmente, comprometido con la transicin verde y con mantener la Triple A crediticia.
Palabras que parecen genricas, pero que chocan con las aspiraciones de Francia, por ejemplo, que aboga por un banco ms valiente, con menos aversin al riesgo, capaz de ser ms gil. Y que desde luego se lance a financiar la apuesta nuclear, algo que lleva 20 aos evitando informalmente. El mensaje en Pars y Berln es claro: no basta con el nombre, no basta con el pasaporte y ni siquiera basta con el pasado. Para el puesto quieren alguien con un programa muy claro, y eso es mucho ms complicado.