Microbiota y artrosis: su relación
La Sociedad Española de Reumatología (SER) celebró recientemente su III curso sobre artrosis. Fue entonces cuando abordamos la relación entre la microbiota y la artrosis, y nos esforzamos en modificar la primera y la disbiosis, resultado en el momento de la enfermedad.
La microbiota y la artrosis están estrechamente relacionadas. EFE/Morell
La osteoartritis es una de las enfermedades crónicas más comunes. Calculamos que su prevalencia es del 29,35% en 40 años. Esta cifra supone una influencia mayor sobre varios millones de personas en España y más de 600 millones en todo el mundo.
Estas cifras, a la hora de tratar una enfermedad infrarroja diagnosticada, podrían ser mayores, tal y como indican los facultativos de la Sociedad Española de Reumatología. (SER).
La SER celebró durante una semana el III Curso SER de Artrosis, en colaboración con Grünenthal. Entre los diferentes profesionales del ámbito sanitario, además de indicar la relación entre la artrosis y la microbiota, han acometido la aplicación de la inteligencia artificial en la predicción de la progresión de la artrosis del tallo.
Tratamiento actual
Actualmente, la base del tratamiento de la artritis se centra en el cambio de hábitos y estilo de vida.
“Diversos estudios han demostrado que los factores de riesgo clásicos de la artritis como la edad, la obesidad, la dieta o el ejercicio modifican la microbiota, provocan disbiosis (desequilibrio en el equilibrio microbiano de la microbiota normal), elevación de lipopolisacáridos, liberación de citoquinas y de bajo grado persistente. inflamación que favorece el desarrollo de esta inflamación”, explica la doctora Isabel Morales, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Igualada (Barcelona).
Asimismo, el experto indica que “la microbiota también puede influir en el metabolismo de los productos farmacéuticos administrados a los pacientes, modificando su biodisponibilidad y, por tanto, su eficacia”.
¿Cómo modificar la microbiota?
La microbiota puede modificar la dieta, el ejercicio o el trasplante fecal. Este también puede ser intermediario con la administración de prebióticos (alimento que contiene un sustrato para la microbiota), probióticos (contiene bacterias vivas), simbiótico (contiene prebióticos y probióticos) y posbióticos (contiene metabolitos generados por la microbiota que son beneficiosos, como el butirato o los ácidos grasos de cadena corta).
Teniendo esto en cuenta, todas las acciones que contribuyan a evitar la disbiosis son potencialmente útiles en la prevención de la artrosis. Esto se debe a que la disbiosis es un factor de riesgo de osteoartritis.
El Dr. Morales dijo que “en la última reunión del Colegio Americano de Reumatología (ACR) presentó trabajos muy interesantes en esta línea. Se está estudiando si el implante fecal de crías de rata no tiene probabilidades de sufrir osteoartritis y es probable que otros sujetos reduzcan el riesgo de infección y los resultados serán positivos. Estos resultados son prometedores, pero también los que necesitan más estudios y que estén confirmados en humanos”.
Relación entre microbiota y osteoartritis
Lo cierto es que actualmente existen pruebas del papel fundamental de la microbiota en el desarrollo y progresión de la artrosis.
Por ello, es una forma de prevención en el desarrollo de esta enfermedad respiratoria, «es muy importante evitar la disbiosis intestinal siguiendo una dieta saludable (especialmente la mediterránea), practicando ejercicio físico regularmente y evitando la obesidad». Además, la administración de prebióticos y probióticos puede mejorar los síntomas de los pacientes que padecen artrosis”, insistió el reumatólogo.
El futuro de la osteoartritis
Hoy en día, estamos produciendo distintos avances en tecnologías de imágenes, factores genéticos asociados, marcadores biológicos e interpretación de datos. Las combinaciones pueden ofrecer un gran avance en la estrategia final de distintos pacientes, optimizando la elección del mejor momento y las Dianes ideales a tener en cuenta en cada momento evolutivo de cada paciente concreto.
“Este aumento de la precisión en la elección del momento y la identidad del paciente para cada intervención aumentará el efecto de las terapias al reducir los efectos secundarios”, explica el doctor Francisco Castro, coordinador del curso conjunto con el doctor Cristóbal Orellana.
Asimismo, el Doctor Castro afirmó en su curso que «varios estudios clínicos con diseños son los más sofisticados que abordan muchos de estos avances, y en estos análisis podemos encontrar moléculas prometedoras que actúan sobre el anabolismo y catabolismo del cartílago y la inflamación, es decir tiene el potencial de retrasar la progresión; y ha completado su fase III, a la espera de la publicación de los resultados, una nueva opción intraarticular para superar el bloqueo de TRPV1 para el tratamiento del dolor, un área con enormes necesidades de sopesar de diversas intenciones, lo hace «I No estoy acostumbrado a avanzar de manera sostenible durante los últimos 50 años».