Miedo y silencio en las calles de Ecuador bajo el fuego de las bandas del narcotráfico
Avanzarás rápidamente, con la Mirada Alerta y pasarás al final de las calles vaciadas por el miedo. El terror se apodera de Ecuadormientras el narco expone músculos con ataques, explosiones, saqueos y tiroteos.
Sobre la cabeza de Rocío Guzmán, las detonaciones de un Feroz Tiroteo Ocurrió en la velada de madres en unos locales de su empresa, ubicada cerca de un hospital del seguro social en el centro de Quito.
«La gente está rodeada de lugareños, viven en buenos pasillos», explica a la AFP este comerciante de 54 años, que lleva mascarillas y revisa las puertas de su quiosco gracias a los robots.
Decide ir a tu casa en medio del caos y tendrás que comprar pero «todo esta en la esquina. A las ocho de la noche no había nada, ni carros, ni negocios».
En la ciudad de Guayaquil (Suroeste), lo rodean diversos hoteles, oficinas y negocios. Los pequeños transeúntes callan ante la cuestión de los periódicos.
El reciente crimen violento fue provocado por la fuga de Adolfo Macías, alias «Fito», líder de la principal banda criminal del país conocida como Los Choneros, quien terminó en una cárcel guayaquileña y fue detectado por el Domingo.
Desde entonces hubo Explosiones, motines de carcelario, cuarteles policiales secuestrados y 149 funcionarios penitenciarios retenidos y una detención del narco que ya deja 14 muertos, según el último informe. Además, encapuchados son enviados con armas y granadas a un canal de televisión que transmite una notificación en vivo.
Unos pocos negocios te abrirán las puertas con zozobra y en algunas zonas hay más políticos que comerciantes.
Calles y parques desiertos en Quito
La habitual burbuja en el parque La Carolina, en el corazón financiero de la capital, ha sido sustituida por el silencio. No es posible que los deportistas o aficionados al fútbol quieran ocupar los partidos de su tiempo.
«Cuando nuestra saca ahorita es la necesidad de seguir trabajando, sabemos muchas cosas que no sabemos que vamos a pasar», dijo Daniel Lituma, gerente de una panadería en el centro histórico, cerca de la Palacio de gobierno custodiado por décadas de soldados armados furtivamente..
A finales de mes, Lituma, de 30 años y tatuado en cuero, se compró a sí mismo y a su esposa en un mercado cuando sus empleados lo alertaron sobre saqueos. Un conductor de autobús se embarcó en una carrera desesperada para reunirse con su hija y realizar una salva en casa.
Esta necesidad económica la obliga a trabajar en un pueblo desolado. La idea de que en cualquier momento se produzca un nuevo ataque te robará la paz.
«Es una agonía. Tenemos que liarnos todos los días porque tenemos la solución al tema de la cena, pero (incluso) con mucho miedo, incertidumbre», expresó.
Allá falta de transporte publico Hacía estragos este miércoles. Algunos pequeños grupos circulan con escapadas puntuales y con menor frecuencia que la habitual.
Las esperas en las estaciones son cada vez más largas, aunque la gente no puede permitirse el lujo de tener trechos largos como el martes.
La violencia redujo el tránsito y no la solidaridad: se los descubrió conduciendo, compartiendo vehículos y exorcizando el ambiente con sus ataques.
clases virtuales
Las universidades y escuelas ofrecen cursos en modo telemático. Algunas entidades también han aplicado el teletrabajo y otras han apostado por los medios del día como Manuel Muñoz, un vendedor de seguros médicos de 34 años.
Tuve que superar dificultades para elegir regresar a mi casa en Quito y les brindé a mis ex padres una estrategia para saber dónde estaba.
“El plan se informa cada hora” a través de mensajes o mensajes, explicó.
El taxista Santiago Enríquez acude a alertar a su radio de mensajes de sus compañeros. Mantén la calma para que tus hijos estén protegidos en casa.
También alienó la presencia de fuerzas armadas en las calles justo después de que el presidente Daniel Noboa declarara un conflicto armado interno y ordenara la “neutralización” de miembros de una serie de bandas narcocriminales.
“Van a actuar con mas fortza y eso eso eso eso eso eso que la gente quiere para segura”, declaró el conductor de 30 años. La persona que atraviesa un pasaje en Quito en el ambiente se siente «peligroso», «tenso», de «mucho nerviosismo», recibido.