Milei se disculpa a medias con el Papa en el debate presidencial en la televisin argentina

Convencido de que tiene la presidencia al alcance de la mano, el ultraliberal populista Javier Milei apel a una de las reglas de oro cuando se est en al recta final de una campaa: no hagas olas, no asustes, no te equivoques, lo importante ya est hecho. As fue que apareci en el debate presidencial de este domingo con unas gafas de montura fina y un tono sosegado que contrasta con la verba inflamada y los insultos que lo hicieron popular entre muchos argentinos.

Milei sali vivo de las casi dos horas de debate en Santiago del Estero, la ciudad ms antigua de la Argentina. Vivo, al igual que el peronista Sergio Massa, ministro de Economa de la inflacin fuera de control, y a diferencia de Patricia Bullrich, la candidata de la coalicin social-liberal Juntos por el Cambio (JxC), que dej dudas entre propios y ajenos, aunque este lunes dijo haber debatido afectada por «una gripe fortsima».

En una noche de 45 puntos de audiencia -una enormidad-, los tres principales aspirantes a la presidencia fueron escrutados con detenimiento. Que Myriam Bregman, candidata de la izquierda, fuera la ms hbil e incisiva en el debate, o que el centrista Juan Schiaretti dijera cosas interesantes no cambiar al hecho de que en la carrera a la Casa Rosada son solo tres los que pueden cruzar primeros la meta.

Bregman, sin embargo, dej la frase de la noche al burlarse de la imagen de «len» con que se presenta el ultraliberal: «Milei no es un len, es un gatito mimoso del poder econmico».

No haber perdido el control ni gritado fue as el gran dato a favor de Milei, lo que da una idea del tono de la campaa de cara a las elecciones del 22 de octubre y el eventual ballotage del 19 de noviembre. Este domingo habr un segundo debate.

«Yo vengo de la academia. Es un perfil mucho ms parecido al del debate que al tipo que tiene que pelearse. Y vos no sos la misma persona en todo momento. Supongamos que te gusta el carnaval, no vas a ir vestido con la ropa de la comparsa a la oficina», fue la explicacin ofrecida este lunes por el economista, que tuvo, sin embargo, tres momentos de fragilidad.

Uno fue cuando Bullrich le ech en cara que su propuesta de un «voucher» mediante el cual los padres decidirn a qu colegios enviar a sus hijos es destructiva para amplias zonas poco pobladas del pas, como el norte y la Patagonia.

«Milei, no te importa la educacin. Anda con los vouchers a la Puna, donde hay solo una escuela. Con el voucher lo que vas a lograr es ms desigualdad», dijo Bullrich sobre el sistema de subsidios a los estudiantes, similar al de Chile. «Planteas un modelo que solo puede ser planteado en la ciudad de Buenos Aires. Nosotros defendemos la escuela pblica para todos, la escuela de Sarmiento».

Otro momento que desestabiliz a Milei fue cuando Massa le exigi que pidiera disculpas al Papa Francisco, al que defini como el «argentino ms importante de la historia».

«Si me equivoco no tengo problema en decir que estoy arrepentido por eso. Dije que si el Papa quera venir (a la Argentina) se lo iba a respetar como jefe de Estado y lder de la Iglesia Catlica», respondi mientras Massa lo hostigaba fuera de micrfono: «Hacelo, hacelo, hacelo«, le repeta el peronista.

«Djame hablar y s respetuoso», exigi Milei al actual ministro de Economa: «Yo dije que si el Papa quera venir a la Argentina, se lo iba a respetar. Djate de chicanear (enredar) y dedicate a bajar la inflacin y terminar tu gobierno de manera decorosa».

Milei defini como «el maligno» al Papa aos atrs, pero hace dos semanas, durante una entrevista con el periodista ultraconservador estadounidense Tucker Carlson, volvi a atacar con dureza al jefe de la Iglesia catlica: «El Papa juega polticamente, tiene fuerte injerencia poltica, ha demostrado gran afinidad con dictadores como Castro y Maduro, est del lado de dictaduras sangrientas».

La otra gran polmica en que qued envuelto Milei tuvo que ver con el nmero de desaparecidos durante la ltima dictadura militar (1976-83). Histricamente se habla de 30.000 personas, aunque la Comisin Nacional para la Desparicin de Peesonas (Conadep), creada por Ral Alfonsn, ofreci en septiembre de 1984 la cifra de 8.960 desaparecidos, nmero que figura en el prlogo del clebre libro «Nunca ms». Esa cifra se refiere slo a las desapariciones durante la dictadura, se estima que en el gobierno peronista previo, de 1973 a 1976, hubo cientos de desaparecidos.

Milei recuper el tema y fue ms all al referirse al rol de las organizaciones armadas de la izquierda peronista, enviadas a juicio en 1984 por Alfonsn junto a las Juntas Militares, en juicios que terminaron en condenas a prisin ejemplares. Entre 1989 y 1990 el peronista Carlos Menem indult a todos, militares y guerrilleros. Graciela Fernndez Meijide, ex ministra y parlamentaria y madre de un desaparecido, dijo en su momento que la ciofra de 30.000 fue un acuerdo de las organizaciones de derechos humanos para poder plantear en el exterior la figura de «genocidio» y conseguir ms apoyos.

«Fueron 8.753 y no 30.000. Es una suerte de falso dilema. Nosotros creemos que durante la dictadura se viol todo el orden democrtico. Segundo tema: el Estado tiene el monopolio de la violencia. Cuando va a una guerra con formaciones irregulares no amerita, no habilita, a que pueda cometer excesos. Esos excesos tienen que ser condenados. Consideramos que los excesos de la dictadura tienen que ser condenados, no hay ningn negacionismo de eso. Lo que decimos es que adems tienen que ser condenados los terroristas».

La palabra «excesos» era la que utilizaban los propios militares para referirse a los asesinatos y desapariciones, pero Milei, que tiene fuertes vnculos con los militares a partir de su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarroel, no se inmut: «Adhiero a la idea de memoria, las de verdad y justicia. No podis cerrar las heridas del pasado si ments sobre el nmero de desaparecidos»