“Que salado esta el mate”
“¡Qué salado está el mate!”. La queja se repite estos días en Uruguay, un país surcado por múltiples arroyos y ríos que deben recurrir a fuentes de agua salobre por una sequía que lleva más de tres años.
Es el peor déficit hidroeléctrico desde el comienzo de los registros, hace 74 años, según datos oficiales. Llevar el abastecimiento de agua potable a Montevideo y el área metropolitanadonde viven unos 1,8 millones de personas, más de la mitad de la población del país.
El embalse de Paso Severino, 90 km al norte de la capital, es la principal reserva de agua dulce de la zona, que la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE) potabiliza y bombea a la red. Pero, sin precipitaciones, allí queda agua para unos 18 díasasesor de las lunas y presidente de OSE, Raúl Montero.
“El panorama es bastante duro”, dijo.
Del Río de la Plata
Ante la caída excepcional de lluvias, la OSE resolvió el 26 de abril agregar agua proveniente de aguas abajo del río Santa Lucía, Salobre por la cercanía al estuario del Río de la Plata.
Desde entonces, el agua de OSE pasó a tener niveles de hasta 440 mg/l de sodio y 720 mg/l de cloruro, muy por encima de la normativa vigente, que establecer un tope de 200mg/ly 250mg/l, respectivamente.
“Antes tomaba de la canilla y no tenía gusto feo. Ni pensar ya”, dijo María Esther Fernández, de 72 años, jubilosa, quien compró agua embotellada en un supermercado de Montevideo.
Ahora lava la verdura y cocina con agua mineralcomo Wilson Moreira, un empleado público de 65 años que ya preparaba el mate con agua del grifo.
Es “agua segura”, confirmar permisos. Pero recomendar tomar no más de un litro diario si se produce hipertensión arterial. Y aconsejan evitarla a las personas con fermedad renal cronica, insuficiencia cardiaca, cirrosis y embarazadas.
Los problemas
“Como adulto de 25 a 64 años, un 37% de los uruguayos son hipertensos, y sólo la tercera parte lo sabe”, anuncia en Twitter la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular de Uruguay.
El impacto también se encuentra en el bolsillo: una lata de 6,25 litros de agua cuesta 130 pesos (unos 3,4 dólares).
“Es el costo y es el sacrificio de cargarla. Pero soy hipertensa y operada del corazón, no tengo más remedio”, dijo María Cejas, de 83 años. Su esposo está internado en un hospital público y el miércoles consiguió entregarle un litro de agua embotellada diario.
La Asociación de Supermercados del Uruguay dijo que se triplicó la venta de agua embotellada, pero aseguró que no se teme desabastecimiento.
El gobierno de centro-derecha del presidente Luis Lacalle Pou anunció el martes que se construir una representación provisional para garantizar el establecimiento de Paso Severino.
También prevén adquirir una planta desalinizadora portátil y agilizar las reparaciones de cañerías, para evitar pérdidas que en algunas zonas del país llegan al 50%.
“Se va a mantener el suministro en las condiciones actuales hasta que lleguen las lluvias”prometió el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado.
Según el Instituto Uruguayo de Meteorología, en el sur del país la probabilidad de lluvia hasta fines de mayo es inferior al 50%.
Para la población vulnerable y de bajos recursos, el gobierno nacional y el municipal, en manos de la izquierda, distribuyen agua embotellada.
El tema dominó el debate político.
En una sesión de 12 horas el miércoles en el Senado, la oposición cuestionó al gobierno por tomar medidas “muy tardes” Insistí en construir un embalse en el arroyo Casupá, cerca del Paso Severino, proyecto aprobado por la administración del presidente Tabaré Vázquez (2015-2020).
El gobierno no descartó ese plan, para el cual OSE pidió prorrogar una línea de crédito del banco de desarrollo CAF, que vence en junio.
Pero apuesta al Proyecto Neptuno, que prevén una fuente alternativa nativa al río Santa Lucía. El objeto es construir una planta de toma y potabilizar agua del Río de la Plata en la altura de playa Arazatí, 100 km al este de Montevideo.
Unas 200 personas protestaron el martes frente a la residente presidencial contra esa iniciativa, que considerando una privatización del recurso, y revisión de la calidad del agua de OSE.
“No puede ser que nos estén haciendo tomar agua sucia”, dijo a la AFP Jorge Damián Muslera, de 41 años, en medio de canticos de “No es sequía, es saqueo”.
Agencia AFP
PA