viaja al popular Japón de Kore-eda
Diez años después de la concesión del Premio del Jurado a De tal palo tal astilla, cinco años después de la Palma de Oro clasificada en un asunto de familia y solo uno despues de su venida a presentar las buenas estrellas, ya en competición, el director japonés de 62 años, Hirokazu Kore-eda, vuelve al Festival de Cine de Cannes. esta vez con Fenómeno, una película sobre la relación entre una madre, su hijo y un profesor, donde cada protagonista da su punto de vista sobre la trama, como el gran clásico de Akira Kurosawa Rashomon (1950). Fenómeno no debe ser una excepción en la riquísima filmografía de su autora, nutrida de preguntas sobre la familia, la infancia, lo no dicho, tratadas cada vez con una singular sutileza y modestia.
Después Deseo. Nuestros votos secretos (2011), la historia de dos niños separados por un divorcio, y Nadie sabe (2004), la de cuatro hermanos y hermanas abandonados a su suerte en un apartamento de Tokio, De tal palo tal astilla (2013) analizó el destino de dos familias devastadas por el descubrimiento de que sus hijos de 6 años habían sido cambiados al nacer. Un tema presente en un asunto de familia (2018). EL buenas estrellas (2022), la aventura surcoreana del cineasta, también giró en torno a la paternidad.
«Siempre me ha gustado ver dramas familiares, ya sea en películas o en la televisión, y siempre quise hacerlos». declaró en 2017, al sitio especializado Film4, Hirokazu Kore-eda, quien comenzó su carrera como director de documentales con temas sociales. “Crecí con muchos problemas en mi familia. Ahora que estoy casado, me encuentro con estos problemas nuevamente. Así que quería centrarme en temas que están cerca de mi corazón”, él continuó.
Su obra también da testimonio de una fidelidad a los lugares. Entonces, Fenómeno fue filmado en la antigua Escuela Primaria Johoku en Suwa, Prefectura de Nagano, en el centro del país. El director se apega a esta región tomada por su lago y sus aguas termales: «Ahí empezó todo», confió en febrero al diario local Nagano Nippo. Allí filmó un documental en 1991, Las lecciones de un terneroque narra el programa experimental montado en una escuela del pequeño pueblo de Ina en torno a la crianza de un ternero, y, en 2012, la serie Volver a mi casa, una crónica familiar.
Una mirada crítica
El Japón que se revela en las películas de Hirokazu Kore-eda está lejos de los clichés, las fantasías de megalópolis ultraconectadas o zonas rurales con un estilo de vida tradicional. Es un Japón “normal”, que los turistas no conocen bien y que descubren por casualidad durante los paseos. Este país, lo conoce bien el cineasta, que creció en Nerima, un distrito del noroeste de Tokio antaño conocido por su pequeña industria, su agricultura, pero también bastión de la animación japonesa, y cuya atmósfera se encuentra en varios de sus películas.
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