Vladimir Putin decide no asistir a la cumbre de los BRICS en Sudáfrica
Después de meses de especulaciones, Sudáfrica y Rusia finalmente han puesto fin al psicodrama que acechaba a Pretoria antes de la cumbre BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que tendrá lugar del 22 de agosto al 24 en Johannesburgo. “Por mutuo acuerdo, el presidente Vladimir Putin no asistirá a la cumbre”, anunció la presidencia sudafricana en un comunicado el miércoles 19 de julio. El portavoz de la presidencia rusa, Dmitry Peskov, por su parte, indicó que el señor Putin participaría de forma virtual, lo que equivalía, según él, a “participación plena”. En Johannesburgo, Rusia estará representada por su ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
El caso ha avergonzado a Sudáfrica desde que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto en marzo contra Vladimir Putin, un crimen de guerra sospechoso en la deportación de niños ucranianos a Rusia. Signataria del Estatuto de Roma, Sudáfrica está obligada a aplicar las decisiones de la CPI, que teóricamente la obliga a arrestar al presidente ruso si pisa su suelo.
Pero las autoridades sudafricanas se debaten entre sus compromisos internacionales y su proximidad a Moscú. “Rusia ha dejado en claro que cualquier arresto de su presidente en ejercicio equivaldría a una declaración de guerra. No sería coherente con nuestra Constitución arriesgarse a involucrar al país en una guerra con Rusia”., también defendió al jefe de Estado sudafricano, Cyril Ramaphosa, en una declaración jurada ante la justicia en junio. El tribunal había sido tomado por el principal partido de oposición del país, la Alianza Democrática (DA), que buscaba asegurar la detención de Vladimir Putin en caso de una plaza en el país.
“Dos pesos, dos medidas”
En varias ocasiones en los últimos meses, el Congreso Nacional Africano, el partido en el poder en Sudáfrica desde el fin del apartheid, había hecho saber, por el contrario, que Vladimir Putin sería bienvenido si solo lo incluía a él. Durante muchos años, el partido ha denunciado la “Dos pesos, dos medidas” de la CPI, a quien critica en particular por no haber iniciado nunca un proceso contra el presidente estadounidense George W. Bush o el primer ministro británico Tony Blair por haber hecho la guerra en Irak.
En 2015, las autoridades sudafricanas se negaron a ejecutar una orden de arresto de la CPI contra el presidente sudanés Omar Al-Bashir. Luego, el gobierno explicó que la inmunidad de un jefe de estado en funciones le prohibía arrestarlo. Desautorizado por un tribunal sudafricano, las autoridades finalmente habían exfiltrado al presidente sudanés con odio. Este precedente rindió con delicadeza la reproducción de tales acrobacias con Vladimir Putin.
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