Volodimir Zelenski visitó la OTAN y pidió la continuidad del apoyo militar
Volodimir Zelenski, presidente ucraniano, llegó este miércoles a Bruselas, en una visita no prevista, para hacer que su país no se vea damnificado por el estallido del conflicto entre Israel y el grupo terrorista palestino Hamas. Zelenski participó en una reunión de ministros de Defensa de la OTAN y sobre todo en una posterior del grupo llamado ‘de Ramstein’, que reúne a los gobiernos que prestar ayuda militar a Ucrania, sean o no miembros de la Alianza Atlántica.
El presidente ucraniano vino con una lista de material militar en el bolsillo. Necesita más municiones y armas para pasar el invierno, sobre todo antiaéreos porque teme que Rusia lance en las próximas semanas una campaña de bombardeos contra la infraestructura energética ucraniana para hacer que el país sufra un invierno sin energía. Los ataques rusos a centrales eléctricas y a nudos energéticos provocaron que buena parte de la población ucraniana sufriera apagones eléctricos y cortes de calefacción durante los meses de invierno.
El secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, dijo junto a Zelenski que “la defensa antiaérea es esencial para proteger la economía, a los habitantes y la infraestructura” de Ucrania. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, aseguró a Zelenski que su país entregará “lo que haga falta y durante el tiempo que haga falta”.
Fuentes atlánticas confiesan que Estados Unidos y los europeos están rascando en el fondo de sus arsenales porque la capacidad de sus industrias de Defensa para producir ciertas municiones (como proyectiles de artillería) es inferior al ritmo al que la consume Ucrania.
Esas mismas fuentes confían en que no haya problemas para seguir suministrando armas y municiones a Ucrania a pesar de que Estados Unidos empieza ya a reforzar a las Fuerzas Armadas israelíes. Se trata de necesidades diferentes salvo en el caso de que los israelíes lancen una invasión terrestre de la Franja de Gaza y eso conlleve un conflicto largo que consuma mucho material militar.
Zelenski no está del todo confiado. En una entrevista en la televisión francesa, Zelenski dijo el martes que “la atención internacional corre el riesgo de desviarse de Ucrania, y eso tendría consecuencias”. Por eso pide que el compromiso con la defensa de su país siga firme. Zelenski también pidió a los dirigentes europeos que vayan a Israel, no para apoyar a uno u otro líder político, sino “para apoyar a la gente que ha sufrido ataques terroristas”.
El presidente ucraniano también acusa a Rusia de intentar sembrar el caos en Oriente Medio para que el mundo deje de mirar lo que las tropas rusas hacen en Ucrania.
La visita a Bruselas también tiene un componente bilateral con el gobierno belga porque es la Fuerza Aérea belga una de las primeras que confirma la cesión de aviones de combate F-16 a los pilotos ucranianos, ya entrenados durante meses en Polonia. Pero Bélgica retrasa la entrega al menos hasta 2025 porque espera para entonces recibir los primeros F-35 de las 32 unidades compradas a Estados Unidos que sustituirán en la Fuerza Aérea belga a los F-16.
La OTAN tiene más escenarios que atender. Tiene un ojo puesto en Armenia y Azerbaiyán y hace dos semanas tuvo que movilizar más tropas y material hacia Kosovo después de que la tensión con Serbia se reavivara. Otro frente podría abrirse pronto en el Báltico después de que Finlandia denunciara el lunes que un importante gasoducto con Estonia había sido reventado por un “actor externo” y todas las miradas volvieran a posarse sobre Rusia.